BANGKOK.- El Ejército tomó el poder en Tailandia, después de que fracasaran los intentos de reconciliación entre el gobierno y la oposición: revocó la Constitución, decretó un toque de queda e instauró un comando nacional para la paz y el mantenimiento para gobernar la nación asiática. Los militares tomaron el poder de forma incruenta después de que, tras meses de turbulencias, los partidos políticos no consiguieran llegar a un acuerdo, anunció el jefe del Ejército, Prayuth Chan-ocha, en un discurso televisado.

“El Ejército ha tomado el poder para reformar las instituciones políticas y restaurar la unidad en el país”, sostuvo. Ha sido necesario para evitar más violencia, muertes y daños a la propiedad en el país tras meses de convulsión política, dijo Prayuth, flanqueado por los líderes de la Fuerza Aérea y la Marina.

El Ejército pidió a la actual cúpula gubernamental que se ponga en manos de las fuerzas de seguridad, planteo válido para el primer ministro en funciones Niwattumrong Boonsongpaisan. Se desconoce el paradero de Niwattumrong.

Prayuth, de 60 años, se puso al frente de un denominado comando nacional para la paz y el mantenimiento del orden que gobernará el país tras el golpe. Anunció el bloqueo de todas las emisoras internacionales, que sustituyó por imágenes de rezos o de un portavoz militar hablando en las televisiones del país. La población tuvo que recurrir a Internet y las redes sociales para informarse sobre la situación.

Ejército dejó sin efecto la Constitución, vigente desde 2007 y elaborada tras otro golpe militar un año antes, a excepción del artículo 2, que define a Tailandia como una monarquía constitucional con el rey como jefe de Estado. Y anunció un toque de queda entre las 22:00 y las 05:00 horas, que desató el caos en la capital, Bangkok, donde el apuro por hacerse con provisiones y llegar a casa antes del inicio de la prohibición. Además, sigue vigente la ley marcial en todo el país, que entre otras cosas autoriza a los soldados armados a impedir manifestaciones y a detener a ciudadanos sin orden judicial. La ley marcial fue decretada el martes por Prayuth, que entonces había asegurado que no se trataba de un golpe. El miércoles y jueves intentó sin éxito lograr compromisos por parte del gobierno y la oposición. El Ejecutivo insistía en que se celebren elecciones, mientras que la oposición quería un consejo no elegido que asumiera el gobierno e hiciera reformas antes de volver a las urnas. Los seguidores y los opositores del gobierno desalojaron sus campamentos de protesta en la capital Bangkok.

Pero la reacción militar cosechó inmediatos rechazos. “No hay ninguna justificación para este golpe”, señaló el secretario de Estado de EEUU, John Kerry. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reclamó la restitución de un gobierno legítimo y el pronto restablecimiento del orden democrático, lo mismo que la Unión Europea, a través de la jefa de su diplomacia, Catherine Ashton. (DPA-Télam)